Michelle Obama, de la sobriedad al reguetónUno de los primeros síntomas de este cambio de tendencia se reflejó en
las redes sociales, concretamente en Twitter, donde se abrió una nueva
cuenta personal en la que además no tardó en publicar una foto con su
nueva y más atrevida imagen.
Su cuenta, @FLOTUS, que responde a
las siglas en inglés de Primera Dama de Estados Unidos, está gestionada
por su equipo, pero sus intervenciones personales cada vez son más
comunes, sobre todo en las últimas semanas, coincidiendo con su
promoción de la comida saludable y el ejercicio físico.
Su famosa iniciativa para
luchar contra la obesidad infantil, Let's Move (Movámonos) cumplió este
febrero tres años de vida, pero su manera de promocionarla ha cambiado
considerablemente: de hacer ejercicio discretamente en los jardines de
la Casa Blanca ha pasado a bailar en el programa de televisión de Jimmy
Fallon o moverse al ritmo de Pitbull en la cadena Univisión.
La
presentadora del canal hispano, Barbara Bermudo, encargada de
entrevistar a Michelle Obama en su programa, aseguró en declaraciones
posteriores a la retransmisión que nada de aquello estaba previsto, y
que la primera dama bailó reguetón de la manera más espontánea.
Algunos
medios de comunicación la están acusando de omnipresente, y otros se
preguntan si no está exponiéndose a la escena pública en exceso, pero lo
cierto es que la popularidad de la primera dama entre los
estadounidenses es incluso más elevada que la de su marido.
"Los
recortes al gasto público obligan a Michelle a hacer cuatro apariciones
en televisión a la semana, por debajo de sus 75 habituales", bromeaba
una escena del programa Saturday Night Live esta semana.
"La
señora Obama está presentando sin duda un perfil más alto en el segundo
mandato de su marido que durante los primeros cuatro años. Está
evidentemente más relajada y por primera vez, aparentemente, disfrutando
de su condición de famosa", explicó a Efe Katherin Jellison,
historiadora en la Universidad de Ohio y especialista en primeras damas.
Jellison
sostiene que las apariciones de Michelle no son sólo "omnipresentes",
como apuntan algunos columnistas, sino que llegan a tener un "punto
juguetón".
"La presión de la campaña de reelección de su marido
se ha ido, y no tiene que preocuparse mucho acerca de polémicas u
ofensas a ciertos votantes. Sus recientes apariciones en los medios han
sido en gran medida al servicio de los jóvenes, por ejemplo, animándoles
a ellos y a sus padres a comer bien y hacer ejercicio", añadió la
historiadora.
Uno de los episodios más comentados sin duda fue su
aparición sorpresa en la ceremonia de los Óscar para entregar, mediante
una conexión en directo, la estatuilla a la mejor película.
"Vale
ya de brócoli y coles de Bruselas, por no hablar de la atención
prestada a sus brazos, su pelo y su ropa de diseño. ¿Dónde está la
inteligente graduada en Princeton, la abogada educada en Harvard y la
mentora del hombre que se convertiría en el primer presidente
afroamericano de Estados Unidos?", se preguntaba el columnista del
diario Washington Post Courtland Milloy tras la ceremonia en la meca del
cine.
Y es que sus continuas apariciones rociadas de consejos vitales, gastronómicos y de estilo están levantando revuelo.
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